DESCUBRIENDO Un camino de letras: abril 2012

sábado, 28 de abril de 2012

VI PREMIO LUIS ADARO DE RELATO CORTO

Acabo de presentar un relato corto al VI Premio Luis Adaro. Es un relato que pensaba publicar en el blog, pero resulta que, evidentemente, en las bases indica que no puede haber sido publicado en ningún formato, incluido Internet. Me hubiera gustado presentar Amor sin arrugas, pero no quería arriesgarme a que lo descalificaran por haber estado colgado en el blog.

El fallo se dará a conocer en la segunda quincena de septiembre. A ver si esta vez hay suerte, porque la verdad es que le vendría muy bien a mi currículum haber ganado algún concurso. Ahora mismo lo único que consta son los cursos de novela que he hecho, algo que no garantiza que sepa escribir.

¡Qué duro es el camino de las letras! Sobretodo en estos tiempos...

miércoles, 25 de abril de 2012

Sant Jordi, dos días tarde...

Si visitasteis el blog este día seguramente pensasteis: "menuda escritora está hecha que no dice nada de Sant Jordi". Pues bien, tengo mis motivos. Internet no me funcionaba, y esta es la única razón. Como a todo escritor y lector que se precie, Sant Jordi es para mí un día muy especial en el que se respira cultura por todos los rincones de Barcelona. Y por supuesto tengo cosas que decir.

domingo, 8 de abril de 2012

Donde nunca llega el alba


Silvia Fernández

El nuestro es un amor de tango
arrabalero y desmedido
que lleva la noche en la mirada,
madrugada que no trae el día
a las calles del barrio viejo.


Se confunden los sexos al tiempo
que se cruzan veloces las piernas
encaje de bolillos bonaerense
labor ambigua que no se acaba.
Bandoneón antiguo de voz cansada
dolor amargo que cae de nota en nota
como gota de lluvia sobre las hojas,
besos robados que no saben a nada.

El nuestro es un amor de bar de putas
que apesta a humo y alcohol barato.
Triste sucedáneo de caricias tarifadas
donde se ahogan las penas por un rato.

A dónde nunca llega el alba

sábado, 7 de abril de 2012

Terry&Emma



Para llegar a casa de Terry tuvo que coger dos autobuses, caminar por un sendero hasta encontrarse con el sauce, girar a la derecha hasta dar con el prado de amapolas, atravesarlo y continuar hasta que el terreno se convertía en un barranco. Quien no conocía el secreto podía deleitarse con una vista panorámica de los prados y dar media vuelta, pero Emma sabía que muy cerca de allí había algo más.

Todas las tardes al salir del colegio Emma iba a la biblioteca del pueblo donde su madre trabajaba y la esperaba en una de las mesas alargadas con lámparas de pantalla verde leyendo un libro de aventuras. Los devoraba como si fueran golosinas. Había leído a Julio Verne, Dickens, Stevenson, Kipling y muchos más. Era el rato que más disfrutaba del día. Lo mejor era cuando acababa uno y se ponía a buscar el siguiente. Trepaba hasta el final de la escalera que rodaba entre las estanterías. Reseguía con la mirada los lomos y susurraba sus títulos como si de esta manera pudiera infundirles vida.

jueves, 5 de abril de 2012

En Semana Santa: retiro literario


Cuando acabé mi primera novela me dijeron que admiraban mi constancia. La paciencia que tuve al reescribirla una y otra vez porque con la inexperiencia con la que empecé a escribirla me costó que los hilos argumentales se encontraran y formaran una narrativa ágil, estructurada y equilibrada; algo que se consigue cuando has hecho un esquema previo. Sobre todo si tienes varios personajes, es increíble lo que el propio escritor se puede llegar a perder en sus propias ideas si no las ha estructurado previamente. Eso lo he aprendido después de muchos bajones en los que me decía que no valía para esto, y que era mejor dejarlo correr. Porque a mí me encanta encontrarme con el papel en blanco y escribir sin parar, todo lo que se me ocurre e ir estructurándolo a medida que avanzo. Es posible hacerlo con un relato, pero con una novela...la cosa se complica.