DESCUBRIENDO Un camino de letras: En Semana Santa: retiro literario

jueves, 5 de abril de 2012

En Semana Santa: retiro literario


Cuando acabé mi primera novela me dijeron que admiraban mi constancia. La paciencia que tuve al reescribirla una y otra vez porque con la inexperiencia con la que empecé a escribirla me costó que los hilos argumentales se encontraran y formaran una narrativa ágil, estructurada y equilibrada; algo que se consigue cuando has hecho un esquema previo. Sobre todo si tienes varios personajes, es increíble lo que el propio escritor se puede llegar a perder en sus propias ideas si no las ha estructurado previamente. Eso lo he aprendido después de muchos bajones en los que me decía que no valía para esto, y que era mejor dejarlo correr. Porque a mí me encanta encontrarme con el papel en blanco y escribir sin parar, todo lo que se me ocurre e ir estructurándolo a medida que avanzo. Es posible hacerlo con un relato, pero con una novela...la cosa se complica.

Soy constante porque no puedo estar sin escribir, lo necesito porque forma parte de mí misma. Ya sea un relato, una novela, dos novelas o tres. Estoy en un momento muy activo con respecto a la escritura, ya que después de haberme pasado cinco años con una novela, (con algún parón muy largo por en medio) he querido escribir sobre otros temas y probar también con los relatos. Por eso cuando llegué al capítulo 7 de mi segunda novela de Ámerben, me dije "necesitas un cambio". Ahora, a parte de los relatos, estoy escribiendo una nueva novela "Eloyne", y me he embarcado en otra muy diferente y con un punto futurista que todavía no tiene un título claro. Eso sí, siempre acabo lo que empiezo, cuando esté preparada seguiré con la segunda parte de Ámerben. Lo que está claro es que: ¡Necesito escribir!

No puedo hablar de todo esto sin hacer referencia a mis amigos también escritores. Juntos formamos el grupo literario Bloomsbury y nos vemos cada semana para leer nuestros textos, hacemos crítica constructiva que nos ayuda a mejorar. Nos apoyamos en los momentos buenos y malos que siempre existen en el proceso de creación. Si no fuera por ellos, hoy mi novela no sería la que es.

Esta Semana Santa, por tercer año consecutivo, hemos organizado un retiro literario en una casa rural. Se ha convertido en una tradición porque esos días sentimos que nos estamos dedicando a lo que realmente nos gusta. No es ningún trabajo, es una pasión vocacional. Se avanza muchísimo si te dedicas durante cuatro días seguidos sólo a escribir. Pensar en estos días me llena de alegría y no puedo dejar de sonreír. Crear historias, personajes, paisajes, un mundo entero que surge de la imaginación...La satisfacción que se recibe al ver lo que uno ha creado, que cuando está escrito tiene vida, que no sólo lo ve uno mismo sino que cuando otros lo leen, también lo ven. En ese momento me siento plenamente feliz y sé que nunca podré dejar de hacerlo.

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